Una página web bien optimizada hace que se posicione en Google y cree un gran crecimiento en las visitas y en las ventas.
Antes de que las visitas hacia su web comiencen a bajar y la cantidad de formularios de contacto empiecen a disminuir, hay que pensar si la página web con la que trabajamos, está marchando como tendría que hacerlo. Hay muchos argumentos por los que nuestra página no llega como debería a nuestros potenciales clientes: no estar en las primeras posiciones de Google, no se crea contenido, la información que se muestra no interesa…Si esto es lo que sucede, hay que plantearse diferentes estrategias de marketing online, entre ellas, la optimización de contenidos.
En primer lugar, hay que analizar la web para ver los fallos. Para hacerlo, hay que mirar nuestro posicionamiento en buscadores, ver que el contenido generado responda a los intereses de nuestros visitantes (sino se van en segundos), hay que posicionar las mejores palabras clave que definan nuestro producto o servicio y hay que adaptar nuestra página a diferentes medios: móviles, tablets, ordenadores…
En segundo lugar, una vez hayamos realizado este examen, hay que darle soluciones. Para ello, hay que establecer unos objetivos que vayan en consonancia con nuestro negocio. Así, si queremos, por ejemplo, más formularios de contacto, habrá que optimizar la web para que nos encuentren los potenciales clientes en los buscadores, localicen lo que necesitan dentro de nuestra página y se pongan en contacto con nosotros.
Una empresa que quiere aumentar sus ventas, debe estar bien posicionada. El posicionamiento web no es un gasto, es una inversión.